(Pte. Howard W. Hunter, Liahona febrero 1978, pág.71)
"LA ORACIÓN - COMUNICACIÓN PERMANENTE CON DIOS"
LOS TRES FILTROS
EN LA ANTIGUA GRECIA, SÓCRATES, FUE FAMOSO POR SU SABIDURÍA Y POR EL GRAN RESPETO QUE PROFESABA A TODOS.UN DÍA, UN CONOCIDO SE ENCONTRÓ CON EL GRAN FILÓSOFO, Y LE DIJO:
- Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
- Espera un minuto, replicó Sócrates.
- Antes de decirme nada, quisiera que pasaras un pequeño examen.
Yo lo llamo el examen del triple filtro.
- Triple filtro? , preguntó el otro.
- Correcto, continuó Sócrates.
Es por eso que lo llamo el “Examen del triple filtro”
… El primer filtro es la VERDAD.
¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
_ No, dijo el hombre, realmente sólo escuche sobre eso y …
_ Bien, dijo Sócrates, entonces realmente no sabes si es cierto ó no.
Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la BONDAD.
Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
_ No, por el contrario …
_ Entonces, deseas decirme algo malo de él, pero no estás seguro que sea cierto.
Pero aún podría querer escucharlo porque queda un filtro, el filtro de la UTILIDAD.
Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
_ No, la verdad que no.
_ Bien, concluyó Sócrates.
Si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno e incluso no me es útil,
… para que querría yo saberlo?
Usa este triple filtro cada vez que oigas comentarios sobre alguno de tus amigos cercanos y queridos.
EL CENTRO DE NUESTRA FE
Muchas personas se preguntan en que creen los Santos de los Últimos Días, algunos piensan que tenemos un Dios propio, otros que adoramos a José Smith, también piensan que nuestro Dios es Mormón, y así muchas diferentes opiniones que son divulgadas por personas que no conocen acerca de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
En respuesta al interrogante de aquellos que desconocen nuestras creencias aclaramos que el centro de nuestra fe es JESUCRISTO, a Él adoramos, honramos y seguimos, el es la base de nuestra fe y la cabeza de la Iglesia.
En la Iglesia tenemos un serie de 13 artículos de fe que declaran cuales son nuestras creencias, el primero de ellos dice:
"Nosotros creemos en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo."
Como podemos observar desde la primera declaración de nuestra creencia decimos que creemos en Jesucristo, además que podemos observa que en el nombre de la Iglesia está el nombre de Jesucristo, todas las ordenanzas de la Iglesia las hacemos en el nombre de Jesucristo, oramos en el nombre de Jesucristo y todo lo que hacemos es con la mirada puesta en él.
Lo amamos y lo reconocemos como nuestro Salvador, sabemos que por su expiación, crucifixión y resurrección cada uno de nosotros tiene la posibilidad de ser perdonado de los pecados a través del arrepentimiento, y que podemos resucitar y regresar a la presencia de nuestro Padre Celestial.
"Al igual que la estrella polar de los cielos, pese lo que depare el futuro, allí está el Redentor del mundo, el hijo de Dios, firme y seguro como el ancla de nuestra vida inmortal. Él es la roca de nuestra salvación, nuestra fortaleza, nuestro consuelo, el núcleo mismo de la fe." (Pte. Gordon B Hinckley, "Miramos a Cristo" Liahona, julio de 2002, pág.101.)
Reverencia - Ayuda a la inspiración
"Cuando nos reunimos para aprender las doctrinas del evangelio, deberíamos hacerlo en un espíritu de reverencia. La inspiración se hace presente con más facilidad en medio de un clima pacífico. Las Escrituras están repletas de pasajes en los que se mencionan palabras tales como "apacible", "quieto", "calmo". La primera orden emitida por un comandante que se apresta a hacer una invasión militar es la de interferir con los canales de comunicación de aquellos a quienes intenta conquistar. La irreverencia satisface los propósitos del adversario al obstruir los delicados canales de revelación tanto de la mente como del espíritu. Nuestras reuniones sacramentales y otras requieren una atención renovada para asegurarnos de que sean verdaderos servicios de adoración en los cuales los miembros puedan verse satisfechos espiritualmente y ver sus testimonios fortalecidos, y en los cuales los investigadores puedan sentir esa inspiración tan esencial para la conversión espiritual. Nadie puede sobrevivir en el mundo actual, y mucho menos bajo las condiciones en las que dentro de poco nos tocará vivir, sin inspiración personal. El espíritu de reverencia puede y debe manifestarse en toda organización de la Iglesia y en la vida de todo miembro."
(Elder Boyd K. Packer, Liahona enero 1992, págs. 24-25)
"Cuando nos reunimos para aprender las doctrinas del evangelio, deberíamos hacerlo en un espíritu de reverencia. La inspiración se hace presente con más facilidad en medio de un clima pacífico. Las Escrituras están repletas de pasajes en los que se mencionan palabras tales como "apacible", "quieto", "calmo". La primera orden emitida por un comandante que se apresta a hacer una invasión militar es la de interferir con los canales de comunicación de aquellos a quienes intenta conquistar. La irreverencia satisface los propósitos del adversario al obstruir los delicados canales de revelación tanto de la mente como del espíritu. Nuestras reuniones sacramentales y otras requieren una atención renovada para asegurarnos de que sean verdaderos servicios de adoración en los cuales los miembros puedan verse satisfechos espiritualmente y ver sus testimonios fortalecidos, y en los cuales los investigadores puedan sentir esa inspiración tan esencial para la conversión espiritual. Nadie puede sobrevivir en el mundo actual, y mucho menos bajo las condiciones en las que dentro de poco nos tocará vivir, sin inspiración personal. El espíritu de reverencia puede y debe manifestarse en toda organización de la Iglesia y en la vida de todo miembro."